viernes, 14 de agosto de 2009

Una Nueva Plástica

Jean Charlot
La masacre de el Templo Mayor (detalle) 1922
Mural al fresco

Antiguo Colegio de San Ildefonso

En la época porfiriana y concretamente en la revolucionaria se gestaron diversas aportaciones plásticas para la conformación de un discurso que lograra concretar de una vez por todas la búsqueda de identidad nacional en el ámbito artístico y también social.

La herencia de la academia estaba muy presente en artistas como Diego Rivera, Jean Charlot, José Clemente Orozco, etc. Siendo así que el inicio del movimiento moderno del muralismo mexicano toma sus fundamentos en las estructuras de pensamiento y la lógica que se obtuvieron en la cultura porfiriana.

Un nuevo clima artístico se empezaba a desarrollar en el país, la época subsecuente a la revolución dejó claro que la producción artística sufriría una clara presencia política en su discurso, aunado al aprendizaje de la pintura llamada de caballete. Este periodo de transición debía, a su vez, tomar como punto obligado de partida el inicio del llamado periodo de modernidad.

Fue así que algunos de los primeros murales aunque presentaban métaforas con connotaciones políticas aún reflejaban la influencia de las vanguardias europeas de principios de siglo, rasgos de pintura cubista, simbolista, etc. Intentaban dar cabida a esta nueva reflexión de la supuesta, hasta ese momento, nueva era.

Sin embargo y con el tiempo, las manifestaciones realmente revolucionarias en términos de pintura mural llegaron, y antes que nada en la figura de Jean Charlot en su mural al fresco "La masacre del Templo Mayor" en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, entonces la sede de la Escuela Nacional Preparatoria que, muy a pesar de la presencia de José Vasconcelos y su política cultural y la inspiración que el artista tuvo de antiguos maestros, Jean Charlot logró presentar de manera dinámica un pasaje de la historia de México asi como procuró integrar el legado del arte universal y la plástica moderna de México y proyectar esa misma reflexión a generaciones futuras.

A partir de 1923 y hasta 1930, el muralismo mexicano constituyó verdaderamente una revolución en la plástica asi como una revolución visual para la historia del arte mexicano en función de que propusieron una nueva forma de concebir el arte y se comprometieron con un discurso regenerador de la sociedad mexicana en franca época de incertidumbre.

Javier Miranda Nava

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