La composición de La domadora de Ruelas (óleo sobre cartón, 15x19 cm, 1897) remite a una estampa de Félicien Rops titulada Pornokrates (1896), muy posiblemente inspirada a su vez en la obra literaria La Pornocratie, ou les Femmes dans les temps moderns de Pierre-Joséph Proudhon. Ambas representaciones nos ofrecen una percepción de la mujer donde es
[…] vista como la monstruosa diosa de la degeneración, una criatura del mal que gobernaba sobre todas las terroríficas bestias con cuernos que poblaban las pesadillas sexuales de los hombres […] una criatura guiada […] por un verraco, el símbolo de Circe, la representación bestial de toda la maldad sexual.[1]
Como se puede observar, Ruelas retoma la figura de la cortesana desnuda, engalanada con un gran sombrero y con las piernas enfundadas en unas medias negras. La domadora empuña un látigo con el que dirige el movimiento de un cerdo que da vueltas a lo largo de una vereda elíptica, mientras un simio montado en una piedra a la vera del camino observa el espectáculo.
Ambas criaturas tienen una larga tradición emblemática: el mono simboliza el vicio, mientras que el cerdo representa la voracidad, la avidez y la lujuria. La relación de ambos animales con la lascivia, y su ronda perenne en torno a la dominatrix, aluden simbólicamente a la esclavitud en la carne: un estadio instintivo, de confusión con la materia, que provocaba particular recelo en la sensibilidad masculina finisecular.[2]
Si quieres conocer una de las obras más representativas de Julio Ruelas no olvides visitar el Museo Colección Blaisten de martes a domingo de 10 a.m. a 6 p.m.
[2] Fausto Ramírez, Arte moderno de México. Op. Cit. p.48
Sin duda el portento de preservar la obra de Julio Ruelas, da vida a la imaginación proscrita de una humanidad ávida de oscuros refugios.
ResponderEliminarLa publicación de abajo la domadora con el fondo azul y tres ángeles, ¿es pintura?
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