miércoles, 14 de noviembre de 2012

Noticia de hoy 14 de noviembre de 2012

Colecciones sin casa: Blaisten y Gelman

 

Miércoles  14 de noviembre de 2012

suplemento: Cambio y fuera

Adriana Malvido

México es un país de paradojas y contrastes. Y la cultura y el arte son parte de esa realidad.
Muy pronto se inaugurará la Ciudad de los Libros, en la Ciudadela, lo que significa no solo la revitalización luminosa de un monumento histórico que alberga la Biblioteca México y su Fondo Reservado, sino la dotación de una nueva casa para cinco bibliotecas personales rescatadas: las de José Luis Martínez, Antonio Castro Leal, Jaime García Terrés, Alí Chumacero y Carlos Monsiváis. Arquitectos y artistas de excelencia participaron en este, el proyecto más ambicioso de Consuelo Sáizar al frente del Conaculta, que además contará con teatro, librería, talleres… y un renovado Centro de la Imagen.
Hace unas semanas, en Cuernavaca, reabrió sus puertas al público La Tallera de Siqueiros, que custodia el INBA. Luego de dos años de restauración, después del abandono de décadas, el espacio que donó el artista en 1974, donde proyectó La marcha de la humanidad y los murales para el Polyforum Cultural que lleva su nombre en la Ciudad de México, cobra vida y dignidad. Los murales exteriores del pintor, antes grafiteados y deslavados por el sol, lucen de nuevo y dan al espacio abierto de una plaza en la colonia Jardines de Cuernavaca. Servicios educativos, espacio para residencia de artistas e investigadores, biblioteca, centro de documentación, la proyección de un video interactivo realizado por Irene Herner…Todo con la idea de rescatar lo que Siqueiros concibió como una fábrica de arte en movimiento.
En contraste, una de las colecciones de arte moderno más importante del país, rica en pintura del siglo XX, se ha quedado sin casa. Se trata de la colección Blaisten, que hasta el 31 de octubre pasado se exhibía en el Centro Cultural Tlatelolco. Por razones aún inexplicables, la coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, una vez a cargo de la doctora María Teresa Uriarte, decidió no renovar el contrato con Andrés Blaisten, creador del acervo. Luego de cinco años, 12 exposiciones temporales (la del Dr. Atl, la de María Izquierdo y la de Spencer Tunick, entre ellas), 17 libros publicados y siete muestras itinerantes, el Museo Colección Blaisten se esfumó del espacio con sus 108 piezas, y las obras de Roberto Montenegro y de Francisco Díaz de León donadas recientemente. Ahora, embodegadas, buscan casa ante el clamor de espectadores que exigen para la colección un espacio público.
Y la colección Gelman, reconocida como una de las mejores del mundo en arte mexicano moderno y contemporáneo, con un legado de 300 obras, sigue oculta a los ojos del público desde mayo de 2008. Entonces, Robert Littman, albacea de la colección creada por Jacques y Natasha Gelman, retiró las piezas del ya inexistente Centro Cultural Muros en Cuernavaca y las escondió debido a un litigio con supuestos herederos del acervo. No se supo más.
La nueva administración cultural tendrá no solo el reto de llenar de vida los nuevos espacios culturales, sino el de asumir una postura ante el valioso patrimonio artístico que busca casa. ¿O nos cruzamos de brazos?

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