jueves, 23 de junio de 2011

Denuncia Gráfica. Realidades contrastantes en el México de principios del siglo XX

Mónica Ashida



Posada fue tan grande que quizá un día se olvide su nombre. Está tan integrado al alma popular de México que tal vez se vuelva enteramente abstracto…
Diego Rivera



 
“Denuncia Gráfica - Realidades contrastantes en el México de principios del siglo XX” presenta una mirada crítica sobre la vida urbana de la primera mitad del siglo pasado, periodo de grandes contrastes e ilusiones, que muestra la realidad después del gran sueño revolucionario, en donde el romanticismo nacionalista de la vida rural se ve desplazado por una urbe en frenético crecimiento, donde la modernidad y el progreso se presentaban flamantes en cada rincón de la capital mexicana que se imponía así como el centro vital de un país convulsionado por los cambios.

Los campesinos dejan la tierra para buscar una vida mejor en las calles dominadas por las florecientes industrias, donde los obreros buscan justicia en su condición laboral, donde las mujeres adquieren papeles protagónicos y salen de su encasillamiento como seres abnegados y sumisos entregándose al estudio, al trabajo y al placer.

La lucha entre la tradición y la modernidad encuentra a sus portavoces ideales en los artistas, quienes haciendo de lado el protagonismo individual, toman al grabado como su herramienta de denuncia y divulgación política y social, convirtiendo sus imágenes en consignas de dominio popular, en esperanza y aliento para los menos afortunados, en reflejo de orgullo y avance de una sociedad ansiosa de progreso y vanguardia, en un reflejo de la suntuosidad y el lujo de una nación controlada por pocos.

Así pues es como grandes nombres como David Alfaro Siqueiros, José Guadalupe Posada, José Clemente Orozco, Leopoldo Méndez, Isidoro Ocampo, Fernando Leal, Alfredo Zalce, Feliciano Peña, entre otros, conviven codo a codo en esta muestra con sus colegas menos conocidos, unidos por el espíritu común de servicio a un pueblo azotado por la injusticia y la desigualdad, que solo puede ser espectador de una ostentosa realidad que los mantiene al margen, permitiéndoles solo echar pequeños vistazos a un mundo que se presenta como eje central de una realidad que solo puede rota a través de los agudos trazos de estos grandes maestros grabadores.


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